viernes, 22 de abril de 2011

Despierta

Muerto. Estaba muerto. No me lo podía creer.

Estaba convencido de que en cualquier momento despertaría de aquella terrorífica pesadilla y nos reiríamos juntos de la situación.

Pero esperaba, esperaba y esperaba y no despertaba. Llantos, abrazos de compasión, gestos de dolor y sufrimiento. Negro. Todo estaba negro. El ambiente, las personas, incluso yo. Quise llorar también, pero no me salían las lágrimas. Quise abrazarle, pero no podía moverme. Quise gritar, pero mi voz se negaba a salir.

El tiempo pasaba y aquellos rostros, muchos de ellos conocidos fueron desapareciendo por momentos. Al rato sólo quedaba él. 

Su pálido rostro me recordó a aquella ocasión en que, de niños, nos colamos en el huerto del Señor Hundon para robar unas manzanas.  Cuando el viejo salió corriendo tras nosotros con la escopeta de la mano, tenía el mismo aspecto.

¡Despierta! ¡Despierta de una vez!

Sólo cuando se levanto de la silla y, compungido dejó una flor junto a mi inerte cuerpo en el ataúd, comprendí que no despertaría nunca. 

Muerto. Estaba muerto. No me lo podía creer.

2 comentarios:

  1. Esta historia aun siendo corta te hace emocionarte, al narrar el grado de unión que tenia esa pareja. Que incluso estando uno muerto el otro solo pensaban el uno en el otro .
    PDT: Quiero más capítulos de herencia oscura

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  2. uff, qué angustia el querer moverte y hablar y no poder hacerlo (como cuando estás medio dormida y no eres capaz de abrir los ojos, a mí me pasa mucho) :O me ha dado un poco de mal rollo (espero que no te lo tomes a mal, sino todo lo contrario, me ha llegado perfectamente lo que siente el protagonista)

    p.d. perdona mis comentarios de hoy, son las 6 de la mañana y estoy un poco espesa u.u' jeje

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