lunes, 24 de enero de 2011

Aromas

Se acerca a ti por detrás, no lo escuchas llegar. Está disimulando sus pisadas. Notas su característico aroma a café recién hecho, a seguridad, a rutina. Te abraza con fuerza mientras con ternura, te besa el cuello. Cada mañana sucede el mismo ritual. Después coge su chaqueta, se despide con un beso y se marcha a trabajar con la ilusoria promesa de regresar pronto. Sabes que no será así. El día se hace largo sin su compañía. Le añoras. 

Te duchas y te arreglas. Te cubres con ese perfume que tanto le gusta. Te pones aquel vestido que te regaló por vuestro último aniversario. Maquillas las ojeras y con ellas, la tristeza. Cuando te miras al espejo apenas te reconoces.

Pero no tienes tiempo para volver a ser tu misma, la que eras hace tiempo. El timbre de la puerta te devuelve a la realidad.

Recorres lentamente el pasillo hasta llegar a la puerta. Respiras hondo y grabas inconscientemente una sonrisa en tus labios. 

Al abrir la puerta, un aroma diferente te embriaga, huele a pasión, a peligro, a vida. 

-¿volverá tarde hoy?

-Sí. –contestas.

Tenemos que dejar de hacer esto… -murmuras en tu interior mientras te rindes al febril y apasionado beso del visitante.

1 comentario:

  1. está muy bien =) pero ella me ha parecido como demasiado infeliz, me ha dado pena. no sé si esa es la sensación que querías transmitir... ^^

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