sábado, 19 de febrero de 2011

A tus pies


La luz que irradiaba su mirada me hizo caer a sus pies.

 Literalmente.

 Bueno, quizá quien viera el espectáculo desde fuera pudiera pensar que simplemente, tropecé. Yo prefiero mi versión. Es bastante más romántica y menos vergonzosa.

Interpretaciones aparte, allí me encontraba yo. Como si del Papa se tratase, besando el suelo;   frente al hombre más hermoso que jamás había visto. Mientras caía, pude ver como uno de mis adorables zapatos salía despedido por el aire. Sólo rogaba que mi pésima puntería no cambiara de repente y que aquel peligroso tacón no acabara haciendo diana en alguno de los invitados a mi fiesta.

Presa de mis propios temores, intenté levantarme; pero el destino tenía otra bonita sorpresa para mí. El bajo de mi fabuloso –y caro- vestido quedó prendido del solitario tacón del zapato que aún permanecía en mi pie. El resultado fue poco menos que perturbador, tanto para mí como para mis espectadores. Las costuras no aguantaron la presión del momento y cedieron, dejando al descubierto una parte de mi anatomía que yo solía destinar sólo a unos cuantos privilegiados.

Y así, con el trasero al aire, un solo zapato y una postura poco recordable para una dama de la alta sociedad, le conocí.

Y desde entonces, cuando quiere hacerme rabiar, siempre me recuerda que puede hacerme caer con una sola mirada.

1 comentario:

  1. Soy clary del foro JR!
    Jajajajja muy bueno! Me he reído mucho, sobre todo con lo de "puede hacerme caer con una sola mirada".
    Me estoy volviendo adicta a tu forma de escribir (quien escribiera la mitad de bien...)
    Así que me verás a menudo por aquí a ver con qué me sorprendes ^^
    Besos!

    ResponderEliminar